domingo, 28 de marzo de 2010

amistad a los 17


la amistad que recuerdo a veces, esas tardes que no se piensa en muchas cosas y dejas que el tiempo transcurra, caminas con alguien que jamás te das cuenta que es imprescindible...

hablando cualquier cosa al aire, y el otro escucha lo que solo quiere oir, cada uno empapado en su mutismo, tal vez esa caminata con esa persona es un reflejo de tantas confusiones e inseguridades que atormenta, y que en silencio quiere compartir...

aunque nada se diga 

aunque jamás nos hemos escuchado solo ese rozar del hombro tranquiliza la agonía de los 17.


foto:  ping pong 

actor: kubotsuka Ryousuke y  Arata 

 director: Fumihiko Sori 

jueves, 18 de marzo de 2010

Encarnación


  A veces  represento a ciertas personas (normalmente hombres)  como esos  sujetos  que aparecen  en alguna novela, filme o en ese personaje lejano de la historia que de alguna manera se hicieron reconocidos por cosas  como ser pareja de alguien (Arthur Capel Boy), o porque fue un playboy de la historia como Porfirio Rubirosa que observando sus fotografias no le encuntro el atractivo, quizá estéticamente no lo era , sino que será de esa clase de hombres que saben tratar a las mujeres? ( no me gusta esa expresión, ¿que significa eso de saber tratar a las mujeres?,  no necesito que traten conmigo sino que esten conmigo, pero ocuparé la expresión...). 

Los represento y me imagino una cita dentro de mi cabeza, y me pregunto como será en ciertas situaciones, las frases que intercambiaremos o simplemente lo que dirá él, poco importa lo que diga sé como reaccionaré...

Así es, los encierro en un personaje o imagen y salgo a pasear por ahí acompañada, es divertido, es versatil y es gratis (lo normal es que aunque te inviten, gastas en algo, tal vez para impresionar) pues solo ocupo el tiempo y mente.

 Por ahora a muchos los encarno en un solo hombre.


foto: Coco antes de Chanel, Audrey Tautou y Alessandro Nivola. 

director:  Anne Fontaine

 


 

domingo, 7 de marzo de 2010

catarsis


Por qué esperamos una tragedia para confirmar lo que siempre sentimos por esa persona, nos escondemos en la cotidianidad, le bajamos el perfil a muchas cosas que en un comienzo de la relación eran todas relevantes hasta que llega un momento en que piensas que es un deber que él te sonria con una ternura, que te tape con la sábana para que no te resfries y te mire un momento como roncas (yo no ronco ) o tienes abierta la boca mientras duermes... te espera en el paradero si llegas muy tarde a casa, varias cosas que pensamos que es lo que él deberia hacer, pero que en realidad si no fueras tú simplemente no lo haría.

Así en vez de agradecer o sentirte amada, le dices que no es necesario que lo haga, que te deje tranquila, que puedes hacer las cosas sola, y sin querer dejas de lado ese sentimiento que te unio a esa persona, y nos convertimos en una malcriada, desconsiderada y llegamos a descubrir lo peor de uno, ese rostro de desprecio que jamas le mostrarias a los demás se las muestras a él con una facilidad porque confias que él seguirá ahí y terminas pensando solo en tí.

Hasta que tiene que suceder algo, que te demuestre que aun te hayas comportado de la peor manera, está ahí cuidandote, intentando saber que es lo que sucede.

Es la envidia  acumulada por no poder ser tan sincera como él, que quieres hacer más cosas por esa persona, pero te limitas sola y te enoja que para él sea tan facil decirte que te ama y te mire con esa amabilidad y uno tan torpe, en realidad es la torpeza que no nos deja ser cursi... 

Y llega un momento en que explotas, corres hacia él, te abalanzas sobre su cuerpo y lloras desesperadamente, rogandole que te deje estar en él... pronunciando varias veces que lo amas... y él está ahí sin decir palabra, no entiende esa catarsis de culpa repentina, porque él aun a falta de ello sigue seguro de su decisión de permanecer contigo.

maya 

foto. In the mood for love, director: Wong Kar-wai